Como percibimos a nuestro Angel
Los Angeles Guardianes utilizan una gran variedad de métodos para contactar a la persona. Entre estos métodos está la intuición , los sueños, la telepatía, el pensamiento y esa vocecita interna que a veces nos indica el camino a seguir y la cual nunca se equivoca.
A veces utilizan a otras personas para enviar sus mensajes y pueden manipular las circunstancias de la vida diaria para asistir al ser humano en situaciones difíciles. Otras veces toman la forma de una persona, de un animal o simplemente se manifiestan en la apariencia que la tradición religiosa les ha dado: un ser de luz deslumbrante, vestido de blanco con alas refulgentes como de nieve.
Los ángeles, aconsejan pero no obligan. Es el ser humano el que debe tomar sus decisiones, siempre y cuando tenga la capacidad y voluntad de escucharlo.
Tampoco el ángel guardián puede modificar el destino de cada persona en la tierra, y es por eso que muchas veces se ven niños pequeños morir a temprana edad o accidentes fatales, muertes inesperadas.
Por otro lado, cuando una persona buena, tiene experiencias trágicas o tristes en la vida, esto es considerado también como parte del destino de esa persona, lo que se conoce como karma en el Budismo.
El ángel guardián nos cuida y guía, pero siempre dentro de las leyes que rigen ala destino de la persona. Es importante establecer un contacto directo con el ángel guardián, y la mejor forma de hacerlo es llamándolo a menudo, a través de meditaciones y de purificaciones, de invocaciones, de devociones y plegarias es lo que siempre me enseñó mi abuela Lala.
Cada persona tiene dos ángeles protectores: el ángel que rige a su signo zodiacal y el ángel guardián personal, el cual fortifica a su espíritu y lo empuja hacia lo que es bueno y lo protege de lo que es malo.
Pero cada persona tiene también un espíritu maléfico, su “ genio del mal “, el cual lo incita a pecar, a romper las leyes divinas y a destruirse a sí mismo y todo lo que lo rodea. El espíritu del mal funciona a través de las debilidades de una persona. Se expresa especialmente en la ira y la intolerancia, el odio y la venganza. Por eso se dice que una persona que se enoja fácilmente o que tiene mal carácter, tiene “ mal genio “.
Es el que tienta al ser humano y lo lleva a la perdición; es la acumulación de sus bajos instintos.
Entre el ángel guardián y el ángel del mal hay una lucha continua, cada uno tratando de guiar o desviar a la persona hacia lo que el ángel rige: el bien en el ángel guardián y el mal en el ángel del mal. Es el ser humano mismo el que decide quién gana la batalla, de acuerdo con sus acciones.