La apariencia de los Angeles

Los ángeles tienen forma y sustancia, al descender hacia la tierra, se materializan. Sin embargo, si no cultivamos la sensibilidad a la belleza, difícilmente podamos captar su presencia.
La belleza del ángel es sutil; para apreciarlos debemos desarrollar ojos sutiles, oído y tacto sutil.
Al sentir cerca la presencia angélica, se siente un fuego interno como un dulce calor. Esta sensación se expande de adentro hacia fuera, envolviéndonos en un suave abrazo.
Para captar la presencia de un ángel y verlo manifestarse, es necesario que lleguemos a un grado de sensibilidad , y que estemos predispuestos en ese momento, el resultado será la imagen que obtengamos del ángel.
Visualmente se lo ve con una imagen de ser perfecto, puro y espléndido. Puede aparecer también como una luz o un perfume.
Si en el momento de bajar un ángel, tenemos más abierto el canal sensorial, podremos percibirlo como un leve roce en la piel, la transmisión de su energía o el suave contacto de sus alas.
Simplemente se trata de que prestemos mucha atención y estemos dispuestos a percibirlos. Es casi imposible no sentir el calor que inunda el cuerpo y el bienestar que se produce cuando se acerca un ángel.