Esencia y Función de los Angeles

Los ángeles, prolongación energética de Dios, pura bondad, espíritu y perfección, están en la Tierra, básicamente, para ayudarnos.
Los ángeles no son humanos, por ende son perfectos e inmortales. Fueron creados por Dios para auxiliarnos y estar a nuestro lado. Son el puente que comunica al Cielo con la Tierra, el nexo entre Dios y los hombres, los encargados de enseñarnos e iluminarnos, de mostrarnos la dimensión celeste aquí, en la Tierra.
Estos seres mágicos, los ángeles, no tiene cualidades, son cualidades. Expresan una cualidad del Cielo y la irradian.
La misión en la que están inmersos, es la de amar a Dios y a la vida en todas sus formas. Pero muy especialmente y por sobre todas las cosas, la misión de amar y cuidar a los seres humanos.
Los ángeles no quieren nada de nosotros, excepto nuestra felicidad.
La parte más importante de ellos no es física, al igual que el amor o la felicidad. A diferencia de la especie humana, los ángeles son incorruptibles, no tienen libre albedrío.
La esencia de su existencia es estar atentos y ocuparse del bienestar nuestro. Los seres humanos estamos capacitados para optar, dudar y elegir de acuerdo con nuestra voluntad. De esta manera, nos enfrentamos al esfuerzo y al trabajo, al mérito y al triunfo.
En este camino de compromiso y responsabilidades, podemos optar por caminar solos o pedir ayuda. Desde el cielo se nos ofrece una ayuda angélica con la que podemos contar, y allí están ellos, los ángeles, esperando que los invoquemos, esperando por nuestra correcta elección, expectantes de nuestro llamado para poder acercarse a nosotros.
Pero es necesario creer en ellos, rezar, pedir, ya que si no confiamos en su poder, ellos no podrán manifestarse.
Si queremos descubrirlos y elegimos su compañía, entonces, confiemos en ellos.
Los ángeles nos envuelven y elevan, nos llenan de gozo y alegría, nos protegen y alivian cuando la carga se nos hace muy pesada.
Cuando aprendamos a transitar la vida sin llevar a cuestas la carga de los malos pensamientos, el egoísmo, el odio, los celos, la envidia, etc.... cuando aprendamos a despojarnos de todo eso, aprenderemos y aprovechemos la liviandad del buen vivir para aligerar nuestros pasos por la vida, aprendamos de su andar, y vencer todo obstáculo.
Aprendamos a disfrutar de cada momento, de vivir con humor y alegría, recordando los buenos momentos vividos ayer con nuestros seres queridos aunque que ya no estén físicamente, y que por siempre vivirán en nuestro corazón, pidiéndoles ayuda, fuerza para continuar en este largo camino y no olvidemos nunca que se encuentran junto a nuestros adorados ángeles, formando parte del reino de Dios, convirtiéndose en ángeles nuestros, así es como yo lo vivo, pues mi abuela Lala, que descansa en el cielo es mi ángel protector, y le doy las gracias por guiarme cada día de mi vida diaria, como cuando estabas en casa, cuanta falta me haces ........, cuanto te extraño Lala!!, pero tu recuerdo me ilumina. Te quiero con todo mi corazón, como vos me decías, Gabriela!!.